Buenos días, hoy llega a Purcuapà Magazine la primera entrada de la sección 'Reviews' que va a centrarse en críticas de películas, documentales, libros y espectáculos.
La quiero inaugurar con el nuevo documental de Netflix 'The Social Dilemma'. Se trata de una serie de entrevistas a ex-trabajadores y trabajadores de las principales redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, Google, Pinterest, etc., combinadas con una ficción documental que muestra el día a día de una familia norteamericana.
Asusta. Como profesional del marketing y la comunicación, supe desde el principio que las redes sociales se trataban de plataformas de publicidad, que venían a sustituir a la televisión y a los medios convencionales, con una capacidad de segmentar al público nunca vista antes. Lo que no sabía, es que normalizaríamos que las personas pasen sus días mirando el teléfono, que lo alternen con mirar la pantalla mientras trabajan y con mirarnos mientras hablamos.
El cuello se ha hecho a esa curva y el pulgar se ha convertido en el nuevo músculo del conocimiento y la interacción. Asusta.
Hace muy poquito, sin haber visto el documental, he pasado una semana sin redes y como intuía, el tiempo vuelve a parecer tu aliado en vez de tu enemigo, tus días se alargan y tu cerebro no está sobre-estimulado sino a la escucha de tu entorno y de ti misma.
El documental desgrana cómo la tecnología ya no es una herramienta a nuestro servicio, sino una herramienta de persuasión al servicio de las marcas. Las redes sociales milimetran tu comportamiento para que las marcas puedan entrar en tu vida de forma orgánica. Pareces eligir tú, pero son las marcas las que sabían lo que querrías y te lo pusieron en bandeja antes de que tú pudieras salir a buscarlo. Es el marketing perfecto, y no pasaría nada, si somos capaces de estar seguros de estar haciendo lo que queramos.
Así, creo que lo mejor es recuperar el control de nuestra vida, y para ello, he tomado las siguientes decisiones que quiero compartir con vosotros y vosotras, por si os ayudan/ inspiran:
1) Hacer un detox de redes mensual cada seis meses o un semanal cada tres meses. Dependiendo de tu estilo de vida y trabajo tal vez un mes sea demasiado, pero una semana sin redes entiendo es, o al menos debería ser, asequible para todo el mundo.
2) Poner una hora límite de uso de redes por la noche. Recomiendan como mínimo dejar de consultarlas dos horas antes de irse a dormir.
3) Poner una hora de inicio de consulta de redes por la mañana. Es imperativo que no sea la primera cosa que miramos por la manaña. Si habéis leído sobre o conocéis la rutina de las 5:00 AM, la primera hora del día es clave para nuestro cerebro, nuestro foco y nuestra productividad. Sean cuales sean tus sueños, los alejas si dedicas a otros tu primera hora del día.
4) Quitar las notificaciones. Esto es un acto de alegría radical. Al volver de mi detox semanal y comenzar a ver las notificaciones sin parar de aparecer, sentí angustia. Por eso, de nuevo sin haber visto el documental, desactivé todas las notificaciones. En el documental lo recomiendan como decisión clave para estar menos al servicio de las marcas. Lo que yo siento es una gran paz por ser yo la que decidé qué ver y cuándo.
5) Relacionado con el anterior: Decide a qué horas vas a mirar las redes y el email. Yo recomiendo no alternarlo con tus actividades normales sino decidir las tareas que vas a hacer y mirar las redes sólo después de haberlas completado. Otra manera es decidir que mirarás las redes sólo en los descansos ya que esos descansos ya los tomamos de entrada cuando no es más eficiente estar haciendo otra cosa.
Por otro lado, hay otros dos puntos que el documental toca que me parecen de gran importancia: el primero es la apariencia física, y cómo nos relacionamos con ella en base a la permanente exposición a las imágenes de otras personas. El segundo es la adicción que generan: no es casual que todos sintamos cierto nivel de dependencia; las redes sociales han sido creadas y los ingenieros trabajan cada día para que se genere tal adicción. Como con el tabaco, lo normal sería alertar a sus usuarios; pero no es el caso.
La auto-percepción de nuestro cuerpo y de nuestra vida se ha visto inundada por la exposición diaria a los cuerpos y las vidas de tantas personas como sigamos, haciendo la capacidad de compararnos ingente si lo comparamos con el acceso que teníamos a la vida de otras personas antes de las redes. Éste era mucho más limitado, tal vez las personas de tu clase y la de al lado, los vecinos y vecinas y las personas famosas si de facto consumías información sobre ellas. Ahora desde casa, puedes saber mucho, casi todo, sobre muchas personas, millones de personas.
Si bien la adicción puede ser combatida con las cinco ideas planteadas anteriormente, aquí van otras que he pensado pueden facilitar la creación de una autoestima fuerte pese a las redes sociales:
1) Dedica parte de la primera hora del día a dar gracias por cosas que viviste el día anterior (repítelas si hiciste el ejercicio de agradecimiento también la noche anterior, o encuentra nuevas en las que no caíste el día anterior).
2) Localiza también tus cualidades más profundas y repítetelas por la mañana. Por ejemplo: "Soy amable y divertida". Repítelas como un loro, porque una vez que digas sí a las redes tendrás millones de estímulos.
3) Sin mirar las redes, prepara tu ropa para el día, los complementos y el maquillaje si usarás, conectando con cómo te sientes y teniendo como principal objetivo sacarte partido/ ponerte en valor.
4) Manda amor a tu seres queridos. Si compartes la vida con ellos, abraza, besa o di palabras bellas. Si no vives con ellos, usa WhatsApp o un SMS o cualquier otra forma que te sea de utilidad. Evita caer en las redes antes de enviar los mensajes, para que escribas algo genuino que viene sólo de ti.
5) Si durante los momentos establecidos para mirar las redes ves algo, la más mínima cosa, que no te gusta/ no vibra contigo/ no te inspira alegría, elimina a la persona o localiza lo que es y ponle solución. No te auto-expongas de forma recurrente a imágenes o personas que te recuerdan lo que no has acabado de hacer, el viaje que no te has podido permitir o el cuerpo que te gustaría tener. Muy al contrario, decide usar el tiempo que pasas en redes sociales para hacer las tareas pendientes, producir más dinero para poder viajar más y entrenar. Suena obvio, pero es así de sencillo.
No dudes en dejar en los comentarios más ideas u opiniones. Me encantaría que la comunidad en torno a Purcuapà Magazine sean personas fuertes, entrenando cada día su fuerza de voluntad, sanos, llenos de vida y de energía.
Se puede vivir así porque es más natural que el universo gris y pasivo que las redes sociales están tratando de dibujar.
Seamos valientes. Desconectemos.
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